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Los embalses del Guadiana dan la mejor de las bienvenidas a la primavera

Los embalses de la cuenca del Guadiana, especialmente los de la zona occidental, han dado la bienvenida a la primavera de la mejor forma posible. El 20 de enero de 2025, la reserva hídrica del Guadiana se encontraba al 41 % de su capacidad (3.892,3 hm3); dos meses y medio después, tras el paso de las borrascas mencionadas la cuenca del Guadiana almacena un total de 6.292,5 hm3.
Garoé
Garoé dejó 183 hm3 en las presas de la CHG, destacando las aportaciones recibidas en La Serena, Cijara y García de Sola.
Las precipitaciones de esta borrasca, que se desarrolló entre el 20 y el 27 de enero, provocaron que el embalse de Los Molinos aliviase de manera natural, repercutiendo de manera positiva en el embalse de Alange, que recogió 10,1 hm3. Durante esta borrasca se procediera a la apertura del desagüe de fondo en la presa de Horno Tejero.
Herminia
Tras Garoé, la borrasca Herminia descargó 146 hm3 en los embalses gestionados por el Organismo de cuenca. A la presa de Los Molinos, que continuó aliviando de forma progresiva, aunque con un caudal más reducido que en días anteriores, se unió el azud de Ruecas. Sierra Brava, por su parte, superó el 60 % de su capacidad, gracias a los 6,5 hm3 que recogió.

Jana
Tras un febrero escaso en precipitaciones (la precipitación promedio apenas fue de 46 mm), en el tercer mes del año los embalses del Guadiana volvieron a recoger agua.
La borrasca Jana aportó 329 hm3 a la cuenca entre el 6 y el 13 de marzo de 2025. Los embalses que más beneficiados se vieron fueron de nuevo el de La Serena (110,9 hm3), Cijara (52,8 hm3) y Orellana (24,6 hm3). Gracias al alivio de Los Molinos, el embalse de Alange sumó 23,4 hm3. La presa de Villar del Rey, por su parte, recogió casi 20 hm3.
Jana permitió que el embalse de Tentudía alcanzase el 77,4 % y que el del Zújar recibiese una aportación de 24,8 hm3. Con esta borrasca, los embalses del Guadiana cruzaron el ecuador de su capacidad.
Konrad
Tras Jana, Konrad aportó 239 hm3, llevando la capacidad de los embalses de la cuenca al 55 % a fecha de 17 de marzo. En esta borrasca el protagonismo recayó sobre el Alto Guadiana, y es que el río Gigüela volvió a llevar agua a Las Tablas de Daimiel, un momento clave para este ecosistema, pues el recurso hídrico es fundamental para su equilibrio.

Laurence
Laurence recogió el testigo de Konrad y en la penúltima semana de marzo descargó 389 hm3 sobre la cuenca del Guadiana, casi todo en la zona occidental. La acumulación de borrascas provocó una crecida inusual en el cauce del río Matachel y, en consecuencia, en la presa de Los Molinos de Matachel. Las precipitaciones recibidas en la madrugada del 17 al 18 de marzo generaron una avenida de entrada al embalse de unos 1.600 m3/s que fue reducida por el aliviadero. Esta situación provocó la declaración del escenario 0 debido a que el nivel de la presa superó la cota 351,95 msnm (metros sobre el nivel del mar), que es la que marca la documentación técnica de la infraestructura para la activación de un escenario que tiene como fin incrementar la vigilancia y hacer un seguimiento más exhaustivo.
Al día siguiente, el escenario cero se declaró también en Gargáligas y Cubilar. Los chubascos estaban siendo de tal nivel que ese mismo 19 de marzo, tras años de situación de emergencia por escasez de recursos para atender la demanda de la población, la presa de Tentudía empezó a aliviar, un fenómeno que no ocurría desde 2014.

Martinho
Martinho dio el coletazo final a esta sucesión de borrascas aportando 451 hm3, de nuevo la mayoría (426) sobre el Guadiana extremeño. Tentudía, siguió aliviando, pero esta vez la atención se centró en la capital pacense, y la avenida generada el martes 18 de marzo por los cauces de los ríos Ortigas y Guadámez provocó que el azud de Badajoz alcanzase el 20 de marzo un caudal de salida de unos 700 m³/s.

Comisión de Desembalse
En octubre, mes en el que se inició el año hidrológico 2024-2025, los embalses de la cuenca del Guadiana almacenaban 180,3 hm³ en la zona oriental y 3.164,2 hm³ en la occidental, lo que suponía unos porcentajes de llenado del 45,3 % y del 39,2 %, respectivamente. Actualmente, gracias a los 1.551,5 hm3 recogidos durante el último mes, esas cifras han ascendido hasta los 247,1 hm³ en la zona oriental (61,9 %) y 5.329,9 hm³ en la zona occidental (66,2 %).
Ante esta situación, tal y como se confirmó en las juntas de explotación correspondientes, la previsión es que la campaña de riego en la zona occidental se podrá realizar con una disponibilidad de recurso del 100% de la totalidad de los volúmenes concesionales en esta zona. Así se manifestó en la Comisión de Desembalse celebrada el pasado 2 de abril en la sede de la CHG en Mérida, donde se informó también de que en la zona oriental la campaña de riego se podrá desarrollar igualmente con normalidad en las zonas regables de Torre de Abraham, Gasset, Vicario y Peñarroya. Este última Z.R. tendrá disponible 18,19 hm³.
La importancia de las presas: laminación, protección y almacenamiento
Durante este periodo de borrascas la CHG no ha llevado a cabo ninguna maniobra de desembalse. Todas las aguas que han salido de las distintas presas afectadas lo han hecho de manera natural por el aliviadero al sobrepasar el 100% de su capacidad, tal y como explica Álvaro Paniagua, jefe de Explotación del Organismo de cuenca: “Ahora vemos que hay bastante agua por el río Guadiana, pero no procede de ningún desembalse realizado por la Confederación, sino de ríos en los que no hay ninguna presa y que, como consecuencia de la lluvia, al final van a parar al cauce principal de la cuenca, que es el Guadiana”.
De esta manera, cuando el embalse se llena por completo, tiene lugar la laminación, un proceso que permite soltar poco a poco el agua a pesar de que esté entrando mucha cantidad “Si no existiera la presa, se producirían daños aguas abajo, pues este tipo de infraestructuras lo que hacen es retener la avenida, aguantarla y soltarla poco a poco”, aclara el jefe de Explotación, quien pone en valor su labor de protección sin dejar de lado su función de almacenamiento del recurso hídrico para garantizar el suministro. En ello tiene mucho que ver la gran capacidad de regulación con la que cuenta el Guadiana: “Por un lado, tenemos embalses muy grandes que son capaces de almacenar el agua para luego poder utilizarla durante varios años, pero lo interesante es que, además, algunos están interconectados. Un ejemplo lo tenemos en el túnel que permite pasar agua de Orellana al Zújar cuando el primero se llena demasiado, y otro lo encontramos en el Canal de las Dehesas, que sale de García de Sola para conectar una serie de pequeños embalses en la margen derecha del Guadiana”.
Todo este sistema hidráulico, unido al intenso trabajo realizado por los profesionales de la CHG encargados de su mantenimiento y explotación, ha permitido superar con éxito el episodio de borrascas que se ha prolongado en el tiempo.